Un día me ví en la calle, nadie me dió una explicación, tan solo me abandonaron. Fui de un lado a otro, buscando comida y protección pero no encontré nada de eso. Tan solo frío, hambre y miedo. 

Con las pocas fuerzas que me quedaban,  me colé en un patio y de allí no me echaron ni me pegaron, al contrario, me dieron de comer, una camita y me quitaron las pulgas y las garrapatas. Estaba muy delgado, era todo huesos y suciedad, pensé que era la solución a todos los problemas y mi sufrimiento había terminado. Pero no era así, en aquella casa ya vivía otro gato que no me quería. Como no me aceptó no podía quedarme y la humana pidió ayuda a LARA.

Aquí, en el refugio, tambien tengo camita, comida, pero no tantos mimos como me gustaría, somos muchos gatos y muy pocos humanos y no recibo tanto cariño como me gustaría. Me encanta ronronear y que me acaricien, por eso me están buscando una familia para que puedan darme todo el amor que merezco.

Tienes una familia para mi?

adopciones@asociacionlara.org

https://asociacionlara.protecms.com/animal/14289